29 de agosto de 2007

Rousseau y la educación del cuerpo

En su propuesta pedagógica, Rousseau defiende la educación del niño, con vistas a proporcionarle condiciones, para que busque un futuro mejor en la vida social. Sustenta como punto de partida, una posición contraria a aquella que identificaba en el niño, un adulto en miniatura, motivo por el cual se mostraba contrario a la educación precoz, sosteniéndose como imperativo la necesidad de respetar sus fases de desarrollo, inclusive desde el punto de vista, del esfuerzo físico. Al final "la infancia tiene maneras de ver, de pensar, de sentir, que le son propias, nada menos sensato que querer sustituirlas por las nuestras" 14.
Su preocupación por la educación, se asentaba en la idea de que todo lo que no tenemos cuando nacemos y que precisamos cuando somos adultos, nos es dado por la educación. Esa educación, para él no era suministrada por los libros, pero sí por la naturaleza. Así, la educación de los sentidos se vuelve importante puesto que "nuestros primeros maestros de filosofía son nuestros pies, manos, nuestros ojos. Sustituir todo eso por libros, no es enseñarnos a razonar, es enseñarnos a creer mucho y nunca sabremos cosa alguna"15.
A lo largo de "Emilio o De la Educación", el autor va indicando caminos para hacer viable su utopía, abogando por una educación relacionada con la libertad, también desde el punto de vista de los movimientos corporales. Para Rousseau, los ejercicios físicos se constituían como una forma de trabajar la educación negativa, cuidando proteger a Emilio de las relaciones humanas. Mientras Emilio interactuaba con la naturaleza, Emilio se mantenía virtuoso y tenía el tiempo para madurar en el uso de los sentidos: "los ejercicios continuos así dejados únicamente en la dirección de la naturaleza, fortifican el cuerpo, sin embrutecer el espíritu, como también forman en nosotros la única especie de razón que en la infancia sea susceptible y más necesaria que en cualquier otra edad"16.
Entre las prácticas corporales posibles de ser practicadas por Emilio, prevé ejercicios de nadar, correr, saltar, chicotear, todas formas de tornar a un cuerpo robusto. Para que no fueran puramente naturales y mecánicos, debían estar asociados a esos ejercicios, el uso de los sentidos ya que "¿(...) tenemos solamente brazos y piernas? ¿No tenemos también ojos y oídos?. Es que tales órganos serán superfluos dado el uso de los primeros?. No ejercitaré por lo tanto, solo la fuerza, ejercitaré todos los sentidos que los dirigen"17.
Es en el Libro I que Rousseau esboza sus primeras ideas acerca de ese cuidado por el cuerpo de Emilio, cuando se va a contraponer a las prácticas vigentes en el siglo XVIII en lo que concierne al hábito de atar a los niños, como forma de fortalecerles los músculos. Práctica frente a la cual reaccionó, justificando y explicando los males que podría acarrear.
Según su entender, la inacción y el hecho de ajustar reteniendo los miembros de un niño, eran altamente perjudiciales para la circulación sanguínea, trayendo, todavía, consecuencias como la acción contraria al fortalecimiento del cuerpo, que en el proceso de crecimiento provocan alteraciones en su constitución. Para esbozar estas críticas, recurrió a ejemplos comparativos esclareciendo que en los países en que no eran tomadas precauciones de esa naturaleza, los hombres eran altos, fuertes y bien proporcionados. Argumenta también que los niños, cuyos movimientos son dificultados, van a hacer esfuerzos para librarse de la incómoda situación de las ataduras y vendajes y de no conseguirlo, tendrá como tendencia natural la irritabilidad y la contrariedad, que se manifestarán por el llanto y por los gritos. Rousseau, llama la atención acerca de estas prácticas, utilizadas en el sentido de evitar accidentes, acaban por deformar los cuerpos y muchas veces, tornar paralíticos los miembros de los niños. Por lo tanto, hay que practicar una educación, que tenga presente una mayor libertad al cuerpo, libertad esta nacida de la práctica de ejercicios físicos. Veamos:
"No me detendré a probar la utilidad de los trabajos manuales y de los ejercicios del cuerpo para fortalecer el temperamento y la salud; es un asunto en que todos están de acuerdo; los ejemplos de las vidas más largas, nos vienen casi todos, de los hombres que más ejercicios hicieron, que más cansancios y trabajos soportaron".18
Es interesante que sus argumentos, no eran predominantemente argumentos médicos. Es decir, Rousseau, sustentaba cierta desconfianza por los médicos19 , en un momento en que la medicina, se desenvolvía como posibilidad de intervención, en lo que respecta a la mejoría de las condiciones de salud de la población.
Descreído de la Medicina, pero extasiado por el pensamiento higienista Rousseau explicita: "la única parte útil de la medicina es la higiene; y la higiene es menos una ciencia que una virtud"20.
Es pertinente recordar que en siglo XVIII, la idea de ser limpio estaba asociada a la protección y la revigorización del cuerpo. En ese momento se cree que el aseo asegura y sustenta el buen funcionamiento de las funciones. Razón por la cual el papel energético atribuido a la piel, el peligro de las materias putrescibles se vuelven el horizonte teórico de las abluciones y de los baños. Es preciso lavar para defenderse21. Es preciso, pues, un cuerpo limpio, capaz de moralizarse.
Exactamente al final del siglo XVIII, los médicos higienistas van a adquirir espacio en la sociedad, a través de una acción intervencionista no solo en los cuidados corporales, como en la alimentación, la ropa, en los hábitos y costumbres de las personas. Se instituyó una especie de "política médica" cuya acción era dominada por dos objetivos complementarios: reglamentar las costumbres adquiridas por los excesos y asegurar las condiciones propicias para la subsistencia corporal. En el ámbito de la preservación de buenas costumbres, sobresalían los siguientes aspectos: el respeto por los actos religiosos, la defensa de la tranquilidad pública, la lucha contra la mendicidad y el robo, la represión a los juegos ilícitos y de la exageración del lujo. La subsistencia corporal exigía, por un lado, la vigilancia sobre: la salud en general, la higiene del aire y del agua y la conservación de medicamentos y alimentos.
La generalizada miseria del cuerpo, el carácter nefasto de las enfermedades y epidemias, la insuficiencia de los recursos de la medicina, la deplorable higiene pública, la pobreza de la alimentación, la falta de condiciones humanas y materiales en el ámbito de los programas de salud, eran algunos de los indicios preocupantes, en la secuencia de las primeras grandes acciones políticas tomadas por la sociedad. Motivo por el cual, la educación era primordial. Y, por lo tanto, la educación higiénica, y en consecuencia corporal.
Rousseau se vale de argumentos no médicos, para sustentar sus ideas. Es recurrente la utilización de hace de la idea de moral, como aseguradora de sus tesis y propuestas. La educación, al formar al hombre, está formando con base en una moral que es dictada por la naturaleza. Moral capaz de volverlo adaptado a su tiempo, por consiguiente, mutilado en muchas de sus posibilidades.
Así, aunque tuviera pensado una educación de cuerpo, lo hizo nutrido de una perspectiva incapaz de volver esa educación corporal, favorable al ejercicio de la libertad, de las pasiones y de los deseos. Al contrario: la educación corporal poseía límites claros conforme podemos identificar en la cita siguiente:
"Es preciso que el cuerpo tenga vigor para obedecer al alma: un buen servidor debe ser robusto. Sé que la intemperancia, excita las pasiones; pero, como consecuencia, también extenúa al cuerpo; las maceraciones, los desayunos, producen muchas veces el mismo efecto a través de una cosa opuesta. Cuanto más débil es el cuerpo, más él reina; cuanto más fuerte él es, obedece. Todas las pasiones sensuales están alojadas en cuerpos afeminados; y se exacerban tanto más cuanto son pocas las posibilidades para satisfacer22.
Estos límites eran dictados en función de un objetivo mayor, que es la educación de la moral, trabajada por el sentimiento, para alcanzar la razón. Por lo tanto, si Emilio sabe usar los sentidos y poseer un cuerpo robusto que le permite ser libre, tendrá el deseo de aprender y estará apto para hacerlo, pues estará maduro. En sus palabras:"quieres cultivar la inteligencia de tu alumno, entonces cultiva las fuerzas que él debe gobernar, tórnalo robusto para tornarlo bien educado y con un buen uso de su razón.: que trabaje, que actúe, que corra y grite, que esté siempre en movimiento; que sea hombre por el vigor y en breve lo será por la razón".23 .
Tener un cuerpo robusto implica ser libre, no depender de otro, porque su cuerpo le permite moverse en dirección a la satisfacción de sus deseos, de tal forma que sus deseos estén subordinados a sus fuerzas. Entre tanto, el deseo es un deseo inmerso en esa moral que al mismo tiempo, que regula la vida en sociedad es penosa para con el ejercicio de esta libertad o todavía, de la supuesta autonomía conquistada por Emilio frente a sus procesos de educación.
Rousseau piensa para Emilio un oficio: de artesano-ebanista. "Es limpio, es útil, lo puede ejercer en la casa; mantiene suficientemente el cuerpo en actividad, exige del operario el ingenio, la habilidad, la elegancia y el gusto no se excluyen de la forma de las obras que determina la utilidad."24.
Si fuera necesario, en consecuencia, un cuerpo robusto cuya moral permita resistir las tentaciones y las flaquezas y además evitar los excesos - también del cuerpo.Al sexo, por ejemplo, Rousseau asocia el dolor, el sufrimiento, las perversiones y la debilidad. Razón por la cual, estos intereses deben ser postergados, por la acción de la educación.
"Si la edad en que el hombre adquiere conciencia de su sexo, difiere tanto por efecto de la educación cuanto por la acción de la naturaleza, se sigue que es posible acelerar o retardar esa edad según la manera de criar a los niños; y si el cuerpo gana o pierde consistencia, en la medida en que atrasa o acelera tal progreso, se sigue también que cuanto más la retarden más joven adquirirá vigor y fuerza. No hablo por ahora de los efectos puramente físicos; veremos otros dentro de poco ".25
Esta percepción está asociada a un discurso vigente en el siglo XVIII, por la acción higienista, la economía social, para el cual sería necesario una regulación sobre los "flujos sociales". La metáfora del flujo social y del flujo corporal adquiere relevancia y, dentro de una cierta visión organicista de la sociedad, contribuyó a explicarla. Si es necesario una economía social es necesaria también una economía corporal, obtenida también por medio de la regulación de los flujos. Esta visión, se sustenta en la teoría mecanicista del cuerpo, sobre la cual reposa la medicina de la época y que buscaba explicaciones acerca de la imperfección humana. Esta imperfección estaría, no en el alma reguladora de todas las conductas, pero sí en cambio en otro lugar: el cuerpo26.
Rousseau mismo, era contrario a la intervención médica en la educación de Emilio -recurriría solo si fuera estrictamente necesario-, busca también, de cierta forma, esa economía del cuerpo, porque lo asocia más a la fuerza que a la libertad; al dolor que al placer. Veamos lo que piensa sobre el origen de la flaqueza del hombre:
"¿De dónde viene la flaqueza del hombre? De la desigualdad que se encuentra entre su fuerza y sus deseos. Son nuestras pasiones, que nos vuelven débiles, puesto que, si fuera preciso, para contentarlas, más fuerzas nos da la naturaleza. Disminuye los deseos; será como si aumentases las fuerzas: quien puede más de lo que desea, las tiene, de sobras; es ciertamente un ser muy fuerte.";27.
Esto es, nada está fuera del análisis sustentado en este momento y que obtiene del cuerpo la necesidad de determinados controles porque está bajo las órdenes del alma. O todavía, objeto de control. Se coloca ahí el dualismo cuerpo-alma, porque la educación del cuerpo estaba en función de la educación del alma: "cultiva la inteligencia de vuestros alumnos, mas cultiva, antes que todo, su físico porque él es el que va a orientar el desenvolvimiento intelectual; haz primero vuestro alumno sano y fuerte, para poder verlo inteligente y sano";28.
Si pensamos que en Rousseau, la educación debería ser una educación de aquello que se presenta como útil y que, en última instancia, tendría como objetivo mayor, hacer que Emilio suplantase las necesidades individuales y supiese actuar de acuerdo con determinados valores morales, es posible entender algunas de sus propuestas para la educación de este joven. La educación de los sentidos, por ejemplo, que aparece como una posibilidad utilitaria de promover la madurez de Emilio, para su vida en sociedad.
Para Rousseau, aprender el uso de los sentidos, es permitir integrarse con el medio. Motivo por el cual busca desenvolver la capacidad de funcionamiento de los órganos de los sentidos de su alumno.. Se propone educar el paladar de Emilio, que no es tan delicado como de un hombre fuerte, pero sí igualmente sensible. Sabe que Emilio distingue, igualmente olores, pero esta capacidad precisa ser desarrollada. Al final, el olfato mantiene estrecha relación con el paladar, pues los órganos responsables por esos sentidos, poseen comunicación interna, de tal manera que no probamos nada, sin sentirle el aroma. El olfato es el sentido de la imaginación, porque mueve a los demás sentidos a actuar. Es poco activo, en el niño, porque este no posee todavía la experiencia suficiente para formar imagen del producto mediante el aroma.
El tacto, es el órgano de los sentidos que más lo instruye acerca de la impresión que el medio produce en su cuerpo. A través de ella, podrá juzgar la temperatura, el tamaño, la forma, el peso, la solidez, pero precisará, igualmente de la visión, para ampliar ese juicio. Para aguzar la audición, Rousseau, prescribe que se debe enseñar a Emilio a conocer y discriminar diferentes sonidos y diferentes objetos que los producen, siendo la música un recurso a ser utilizado. No en el sentido de desenvolver el aprendizaje precoz de la música, pero sí de percibirlo como una forma de expresar sus ideas y sentimientos.
Ver, tocar, oler, escuchar y degustar deberán ser acciones, que serán embellecidas en este ser, que sabrá actuar conciliando sus intereses particulares y privados con los intereses públicos, tornándose, por tanto, un hombre para vivir en sociedad, de acuerdo con los establecidos por las leyes. En este caso, aquellas asentadas en el Contrato Social.
Rousseau, se preocupa, también, por los papeles de los hombres, en esta sociedad regida por las leyes morales. En este sentido, defiende claramente, lo que piensa ser de la "naturaleza femenina " y de la "naturaleza masculina".
Veamos cómo hace en el plano de las profesiones y cómo justifica su idea:
"Dad al hombre un oficio, que convenga a su sexo, y al joven un oficio que convenga a su edad; una profesión sedentaria o casera, que afemina y ablanda el cuerpo, no le agradará ni le convendrá. Nunca un joven aspiró espontáneamente a ser sastre; es preciso arte para llevar a ese oficio de mujer el sexo para el cual no fue hecho. La aguja y la espada no pueden ser manejadas por las mismas manos(...) Prohíbo a mi alumno los oficios malsanos, no por lo tanto, los penosos, ni los peligrosos. Estos ejercitan al mismo tiempo, la fuerza y el coraje; solamente a los hombres les conviene; las mujeres no aspiran a ellos. ¿Cómo no tienen ellos vergüenza de usurpar lo que ellas hacen?29.
Una mujer perfecta y un hombre perfecto no deben asemejarse, ni de espíritu ni de fisonomía (...) Uno debe ser activo y fuerte, el otro pasivo y débil: es necesario que uno quiera y pueda, basta que el otro resista un poco.
La mujer y el hombre son hechos uno para el otro, pero su dependencia natural no es igual: los hombres dependen de las mujeres por sus deseos y sus necesidades; nosotros subsistiríamos más sin ellas de lo que ellas sin nosotros(...) Por la propia ley de la naturaleza, las mujeres, tanto por ellas como por sus hijos, están a merced del juicio de los hombres; no basta que sean estimables, cumplen con su deber siéndolo; no basta que sean bellas, es preciso que agraden; no basta que se comporten bien, es preciso que sean reconocidas como tal; su honra no está apenas en su conducta, está en su reputación, y no es posible que la que consiente comportarse incorrectamente, sea un día honesta30.
No podemos olvidar, que en ese momento, correspondía a las mujeres, desempeñar 'aquel papel que la naturaleza les destinó': el de ser madre, por lo tanto, de actuar en la esfera de lo privado y de acuerdo con sus características femeninas. Ese pensamiento dará margen a la instauración de la función de madre, como responsable por la educación de los hijos, aliada al médico, cuyas prescripciones deben ser religiosamente ejecutadas. Pero esa educación, que ocurre en ámbito de lo privado, cuyas recomendaciones dicen al respecto más a cuestiones de salud e higiénicas, que a cuestiones referidas al conocimiento y a la cultura. El propio Rousseau, confía la educación de Emilio al padre, aunque se refería más a las madres como aquellas que primeramente cuidan de los niños31.
Hay en ese período, una preocupación por la educación corporal, no solo entre pedagogos, sino entre médicos. Y esa educación tendría un sentido, donde la libertad, más que una conquista, era una forma sutil de hacer que se incorporaran valores, hábitos y conductas que estaban al servicio de la moral, del bien común y del cuidado por la robustez necesaria, para responder en la esfera del trabajo. Esa libertad y autonomía presentes en el discurso rousseauniano, estaba inserto dentro de los padrones que, por la educación, se introyectaran en Emilio, de forma que no pudiese negarlos. Hay una adaptación de Emilio al mundo social: hay gran diferencia entre el hombre natural, viviendo en estado natural, y el hombre natural viviendo en estado social. Emilio no es un salvaje para ser dejado en el desierto, es un salvaje hecho para vivir en la ciudad32.
Ese vivir en la ciudad, presupone el control de determinados instintos, presupone obediencias a las reglas, leyes, intereses otros que no son solo los suyos. Presupone, también, un cuerpo disciplinado y cuyas actitudes, puedan ser expresadas en sociedad. Hay, pues, que educarlo.
Ningún ser material es activo por sí mismo, y yo lo soy. Por más que discutan eso, yo lo siento y este sentimiento, que me habla más fuerte que la razón que lo combate. Tengo un cuerpo sobre el cual los otros actúan y que actúa sobre ellos; esa acción recíproca no es dudosa; pero mi voluntad es independiente de mis sentidos; consiento o resisto; sucumbo o soy vencedor y siento perfectamente en mí mismo, cuando hago lo que quise hacer o cuando no hago sino ceder a mis pasiones. Tengo siempre el poder de querer, no la fuerza de ejecutar. Cuando me entrego a las tentaciones, me conduzco según el impulso de los objetos externos. Cuando me censuro esa flaqueza, no escucho sino mi voluntad; soy esclavo de mis vicios y libre en cuanto a mis remordimientos; el sentimiento de mi libertad solo se apaga en mí, cuando me depravo e impido la voz del alma de erguirse contra la ley del cuerpo33.
La razón será aquella que educada por medio del sentimiento promoverá esa regulación moral: después de haber comenzado por ejercitarle el cuerpo y los sentidos, ejercitamos su espíritu y su juicio: "Finalmente unimos el uso de los miembros al de sus facultades; hicimos un ser actuante y pensante; solo nos resta, para completar un hombre, hacer de él un ser amante y sensible; esto es, perfeccionarle la razón por el sentimiento"34.
Aunque el cuerpo tenga un cierto carácter pionero en la pedagogía de Rousseau, donde se habla de ejercicios físicos ligados a la educación, éste ocupa un segundo plano. Su propuesta es destacada por muchos educadores como innovadora y revolucionaria, porque se habló de infancia, en libertad, en un tiempo en que la enseñanza era rígida y había poca preocupación por el cuerpo y por el uso de los sentidos. Rousseau, al preocuparse por las características de los niños, distintos de los adultos, trajo como noción importante, no solo el concepto de infancia como así también la preocupación por las fases de desenvolvimiento de esta, que deberían ser comprendidas y respetadas, desde el punto de vista corporal:
"No pienso en que juegue con nuestros tacos con tres pies de altura; no pretendo que vaya a jugar a la pelota en nuestros antros, ni que sobrecarguen sus manitas con la raqueta de jugador de pelota, pero que salte en una sala cuyas vidrieras se hayan protegido, que solo use primeramente pelotas livianas, que sus primeras raquetas sean de madera, de pergamino después, y finalmente de cuerdas retensadas, en la proporción de sus progresos ".35.
La educación negativa estará basada en ese fundamento - el respeto por los procesos de desenvolvimiento de Emilio- de forma de tornarlo maduro, entendiendo por esto, la formación integral del individuo, haciendo nacer en el niño, el deseo de aprender y enseñarle a conocer el buen empleo de sus fuerzas y la relación de su cuerpo con el medio.
A pesar de poder identificarse algunos avances en sus proposiciones metodológicas, no se caracteriza Rousseau por presentar un proyecto revolucionario de educación. Mucho menos, de educación corporal; el cuerpo continua siendo observado, tanto como necesario para colaborar en la educación de la razón, como para ser tornado fuerte y robusto, en función de las exigencias no solo del trabajo, sino también de una vida saludable, porque es importante ser disciplinadas por los valores morales, que garantizarían la vida en equilibrio. Así, si "todo es cierto, saliendo de las manos del Autor de las cosas"36 , no todo sería degenerado por las manos del hombre. Idea esta apropiada por la sociedad capitalista y por el pensamiento liberal -ya presentes en Rousseau- se solidificó más tarde en los estudios sobre el cuerpo, que pasa a ser visto a partir de una visión mecanizada, haciéndolo susceptible a una educación específica; la de la economía del gesto. Por lo tanto, productora de fuerza de trabajo y portadora de un estado de salud favorable a las exigencias del trabajo: de eficiencia y de productividad.

Bibliografía
DONZELOT, Jacques. A polícia das famílias. Rio de Janeiro: Graal, 1986.
GONÇALVES, Maria Augusta. A questão dos pressupostos filosóficos da Educação Física. UFRGS, Porto Alegre 1992. (tesis de doctorado).
GRIFFI, Giampero. História da Educação Física e dos Esportes. Porto Alegre: D. C. LUZZATTO, 1989.
LEONTIEV, Alexis. O desenvolvimento do psiquismo. Lisboa: Livros Horizonte, 1978.
MARINHO, Inezil P. História da Educação Física no Brasil. São Paulo: Companhia Brasil Editora, s.d.
MARX, Karl. O capital. Volume II. São Paulo: Difel, 1984.
ROUSSEAU, Jean-Jacques. Emílio ou Da Educação. Rio de Janeiro: Bertrand do Brasil, 1992.
SEVCHENKO, Nicolau. O Renascimento. São Paulo: Difel, 1992.
VIGARELLO, Georges. O limpo e o sujo: uma história da higiene corporal. São Paulo: Martins Fontes, 1996.
Notas14 . J. J. Rousseau: Emilio o De la Educación , pág. 75.
15 . Ibid., pág. 12.
16 . Ibid., pág. 120.
17 . Ibid., pág. 149.
18 . Ibid., pág. 53.
19 . ¿Quieres encontrar hombres con verdadero coraje? Procúralos en los lugares donde no hay médicos, donde se ignoran las consecuencias de las enfermedades y donde no se piensa en la muerte. El hombre sabe naturalmente sufrir con firmeza y morir en paz (...).Bien sé que el médico no dejará de sacar provecho de la demora. Si el niño muere, lo han llamado muy tarde; si se escapa, él estará a salvo. El médico más triunfará cuanto se lo llame más tarde. Ibid, pág. 32-33.
20 . Ibid., pág. 33.
21 . Georges Vigarello: Lo limpio y lo sucio, pág. 253-255.
22 . J.J. Rousseau, op. cit., pág. 58.
23 Ibid., pág. 111.
24 Ibid., pág. 222.
25 Ibid., pág. 240.
26 ¿Qué podría perturbar esa mecánica, ese agregado de "fibras" (músculos ) que componen el cuerpo humano? Factores exteriores como el aire y todos los principios deletéreos que ele vehiculiza. Pero también la circulación más o menos buena de los fluidos, de su retención o su disipación excesiva que, por hacerse más denso, o su relajamiento, reflejan la buena forma de los sólidos (de las fibras). De la misma forma, que la retención de la leche materna que, encontrando su salida natural bloqueada, "se lanza indistintamente sobre todas las partes conforme opongan más o menos obstáculos, ocasionando múltiples males. Es la disipación del esperma en el organismo, ese "óleo esencial, cuya pérdida deja a los otros humores débiles y rancios"engendrando enfermedades conocidas. Pasado un cierto comienzo en esa deterioro, los movimientos de las fibras escapan totalmente al control del alma. Y, por cierto, "qué es el coito sino una pequeña epilepsia?. Es por tanto, necesario colocar el alma en el puesto de comando de circulación de los flujos, teniendo como preocupación mayor disipación de esos flujos, el movimiento por sí mismo, la convulsión, ese fracaso del alma. No es más el cuerpo que debe, por sus estigmas o por su pureza, testimoniar la elevación de un alma y su desapego; es el alma que, es intimada a dar cuentas de la imperfección de los cuerpos y de las conductas, a dedicarse a mandarlos por medio de una saludable regulación de los flujos. Jacques Donzelot La policía de las familias, pág. 19-20.
27 . J.J.Rousseau, op.cit., pág.173.
28 . Ibid., pág. 83.
29 . Ibid., pág. 220.
30 . Ibid., pág. 415-416, 423.
31 . La primera educación es la que más importa, y esa primera educación cabe a las mujeres; si el autor de la naturaleza hubiese querido que perteneciese a los hombres, les hubiera dado leche para alimentar a los niños. Ibid., pág. 9.
32 . J.J.Rousseau, op.cit., pág. 227.
33 . Ibid., pág. 324.
34 . Ibid., pág. 224-225.
35 . Ibid., pág. 15.
36 . Ibid., pág. 15-16 Primera frase de "Emilio o De la educación"



Lecturas: Educación Física y Deportes.Año 2, Nº 8. Buenos Aires. Diciembre 1997http://www.efdeportes.com

ROUSSEAU Y SU PROPUESTA PEDAGÓGICA: Antecedente de la Escuela Nueva

BIBLIOGRAFÍA: LARROYO, Francisco. “Historia general de la Pedagogía”.

Capítulo III: ROUSSEAU Y EL NATURALISMO ACENTUADO.

Juan Jacobo Rousseau nació en 1712 en Ginebra. Hasta 1728 nada se sabe de su vida, excepto que quedó huérfano siendo un niño. En su juventud fue preceptor, escribiente y compositor de música. Su obra “Discurso sobre las ciencias y las artes” (1750) lo hizo célebre. Desde entonces no dejó de escribir con éxito creciente. Su vejez fue atormentada. El parlamento prohibió la circulación del “Emilio” e incluso ordenó la captura de Rousseau, quien se vio obligado a huir a Suiza y después a Inglaterra. Más tarde retornó a Francia donde murió repentinamente en 1778. Las ideas educativas de Rousseau están esparcidas en sus libros más señeros.
El Emilio (1762) constituye una síntesis de ideas precedentes y de ideas nuevas. Consta de cinco libros, en donde, narrando la vida del protagonista desde el nacimiento hasta el matrimonio, ofrece en conjunto su concepción pedagógica. También se ocupa de la educación en “Ensueños de un paseante” (1764) y en “Las confesiones” (publicación póstuma).

LA CONCEPCIÓN ROMÁNTICA DEL MUNDO Y DE LA VIDA
Considerada en general, la evolución pedagógica en los Tiempos Modernos, ofrece el aspecto de un alejamiento, cada vez más acentuado, de los ideales y métodos de enseñanza de la Edad Media. Dicha separación se ha producido por tres sacudidas sucesivas: la del humanismo, la de la reforma religiosa y la de la filosofía romántica. El humanismo vuelve los ojos a la Antigüedad clásica despertando el gusto por un arte y una literatura mundanos incompatibles con los ideales de la vida ascética medieval. La reforma religiosa rompe lanzas a favor del libre examen de conciencia, batiendo en brecha la tiranía intelectual del dogmatismo.
La filosofía romántica y del sentimiento, en fin, reacciona con violencia contra todo formulismo y convencionalismo, reclamando en su lugar una concepción de la vida espontánea y sincera. La entraña del movimiento romántico es la vida sentimental: el motor del arte y la religión. Su mundo de idea presenta dos aspectos: uno negativo y otro positivo. Negativamente considerada, es la romántica un afán polémico contra la concepción racionalista del mundo y de la vida, vista por su lado positivo, es la acentuación jubilosa de las formas sentimentales de la vida del espíritu: la fantasía, la intuición, el anhelo de infinito, las fuerzas irracionales del alma.

CONCEPTO DE NATURALEZA E IDEAL EDUCATIVO
Se celebra a Rousseau como el profeta del romanticismo. En efecto, se opone con dramático acento al intelectualismo de la Época de las Luces clamando por una concepción originaria y natural de la vida.
De la realización de su lema: “Volvamos a la naturaleza”, espera la rehabilitación del género humano. Pero la lucha contra el artificialismo en la vida y en la educación, sólo puede lograrse despertando en el hombre, desde niño, una manera de comprender y valorar la existencia conforme a la Naturaleza. “Todo sale perfecto de las manos del autor de las cosas; todo degenera en las del hombre. Obliga a una tierra a alimentar los productos de otra, a un árbol, a producir los frutos de otros; mezcla y confunde los climas, los elementos; mutila a su perro, a su caballo, a su esclavo; lo trastoca todo, lo desfigura todo; ama la deformidad, los monstruos; no quiere nada tal como la naturaleza lo ha hecho, ni siquiera al hombre; necesita amaestrarlo para él, como a un caballo de pista; necesita modelarlo a su modo, como a un árbol de su jardín...” (El Emilio, Libro I).
Por NATURALEZA entiende Rousseau la vida originaria, pura, no influida por los convencionalismos sociales. El hombre natural no es, precisamente, el hombre primitivo prehistórico. La intrínseca naturaleza del hombre, lo propio e innato en él, caracteriza este estado de naturaleza.
Ahora bien, en la base de la naturaleza humana, se hallan dos sentimientos, que en cierto modo se compensan: el amor propio y la compasión. La propia razón es un aspecto de la conciencia, menos profunda que la vida emotiva. La función intelectual de la conciencia tiene el oficio de dirigir los impulsos y sentimientos del amor propio (egoísmo) y del amor del prójimo (altruismo).
“Existir es sentir. Nuestra sensibilidad es indiscutiblemente anterior a nuestra inteligencia y nosotros hemos tenido sentimientos antes que ideas. Cualquiera que se ala causa de nuestro ser, esta causa ha procurado nuestra conservación dándonos los sentimientos convenientes a nuestra naturaleza y no se puede negar que, por lo menos, éstos son innatos. En relación al individuo, estos sentimientos son el amor de sí mismo, el temor del dolor, el horror a la muerte, el deseo de bienestar. Pero si, como no hay duda, el hombre es sociable por naturaleza, o hecho por lo menos para serlo, únicamente puede serlo por otros sentimientos innatos, relativos a su especie. Ahora bien, es del sistema moral formado por esta doble relación de sí mismo y de sus semejantes que nace el impulso de la conciencia. Conocer el bien no es amarlo. El hombre no tiene un conocimiento innato de aquél, pero tan pronto la razón se lo hace conocer, su conciencia lo lleva a quererlo, y es este sentimiento el que es innato” (El Emilio, Libro IV).
Con todo, el papel de la razón es muy importante. La razón ilumina los impulsos naturales y hace posible, gracias al conocimiento, lo que debe querer y hacer el hombre, vale decir, la LIBERTAD, y ésta constituye el carácter específico de la humanidad, la dignidad por excelencia del género humano, “La libertad es una consecuencia de la naturaleza del hombre. La primera ley del mismo es la de velar por su propia conservación; sus primeros cuidados son los que se debe a sí mismo, y tan pronto como está en la edad de la razón, siendo él sólo el juez de los medios que le han de conservar, se convierte por este hecho en dueño de sí mismo”.
Tres son en definitiva los rasgos que caracterizan al HOMBRE NATURAL:
a) amor propio (egoísmo) y amor al prójimo (altruismo);
b) razón que se articula a la vida del sentimiento;
c) libertad.

La libertad, sin embargo, tiene a su vez un alto designio: proveer a la felicidad del hombre natural. El hombre feliz no es quien sólo satisface los apetitos momentáneos y pasajeros, pues éstos traen consigo el dolor . la verdadera felicidad reside en la satisfacción de elevados goces y en la espontánea realización de la virtud. Presupuesto de la felicidad es no querer lo que está más allá de la propia potencia.
“¿Quieres vivir sabio y dichoso? Que tu corazón palpite por la belleza imperecedera; que tu condición limite tus deseos; que tus deberes vayan por delante de tus inclinaciones. Extiende la ley de la necesidad a las cosas morales; aprende a perder lo que puede serte arrebatado; aprende a abandonar todo cuanto la virtud ordena; a ponerte por encima de los conocimientos; a desinteresar tu corazón sin que lo destrocen; a ser animoso en la adversidad, a fin de no ser nunca miserable; a ser firme en tu deber, a fin de no ser nunca criminal. Entonces, serán dichoso, a despecho de la adversidad, y juicioso, a pesar de las pasiones”. (El Emilio, Libro IV).
En suma: ESENCIA E IDEAL DE LA EDUCACIÓN CONFORME A LA NATURALEZA EN EL DESARROLLO ARMONIOSO DEL AMOR A SI MISMO Y DEL AMOR AL PRÓJIMO; LA VIDA EN Y POR UNA LIBERTAD ILUMINADA CON LA RAZÓN, QUE, AL PROPIO TIEMPO, PROVEA AL HOMBRE DE UNA VERDADERA FELICIDAD.

LA CONSIDERACIÓN PSICOPEDAGÓGICA
La realización de este nuevo y más elevado propósito de la educación supone ante todo un conocimiento profundo de la naturaleza psíquica del educando. Así se comprende que Rousseau afirme más o menos explícitamente que la pedagogía se funda, en primer lugar, en las leyes psicológicas. De hecho, él solo enuncia reglas pedagógicas después de haber practicado análisis psicológico en torno de la vida infantil. La claridad con que Rousseau expone tales nexos, ha permitido a Claparède decir que: “La manera de Rousseau de concebir el problema concuerda con la concepción de la infancia que hoy por hoy es reconocida por biólogos y psicólogos”. En otros términos: Rousseau ha puesto como punto de partida para plantear el problema pedagógico consideraciones psicológicas y funcionales en lugar de consideraciones especulativas.
Cuatro grandes principios informan la doctrina pedagógica de Rousseau:
1. La naturaleza ha fijado las etapas necesarias del desenvolvimiento corporal y anímico del educando. Claparède llama a este principio, la “ley de la sucesión genética”. Dice Rousseau: “Observad la naturaleza y seguid el camino que os trace”.
2. El ejercicio de las funciones en una etapa de la vida, afirma y prepara el advenimiento y eclosión de las funciones ulteriores (LEY DEL EJERCICIO GENÉTICO – FUNCIONAL).
3. La acción natural es aquella que tiende a satisfacer el interés (o la necesidad) del momento. Con esta ley que podría llamarse de la adaptación funcional, Rousseau ha comprendido admirablemente que la acción, incluso cuando da la impresión de ser desinteresada, viene a satisfacer una necesidad o interés funcional.
4. Cada individuo difiere más o menos en relación de los caracteres físicos y psíquicos de los demás individuos. “Cada hombre – indica Rousseau para justificar esta LEY DE LA INDIVIDUALIDAD – tiene su forma propia, según la cual, necesita ser dirigido, y para el éxito de los cuidados que se le den importa mucho que se haga de cierta manera y no de otra”.

EL PAIDOCENTRISMO
La primera consecuencia de esta consideración psicopedagógica reside en la necesidad de partir de la peculiar estructura del alma infantil. De otra suerte se confunden los términos del problema y degenera la instrucción en algo estéril y nocivo. En efecto, Rousseau es el primero que proclama el valor de la infancia, quien destierra la idea de ver en el niño un hombre pequeño, un estadio transitorio y provisional de la vida. En este sentido, Rousseau descubre propiamente la infancia, los derechos del niño. “La naturaleza quiere que el niño sea niño antes que ser hombre”. “La infancia es una manera sustantiva y peculiar de ser, de percibir y de pensar”.
Por ello recomienda Rousseau con dramática insistencia la necesidad de comprender al niño. A los instructores pide: “Comenzad por estudiar mejor a vuestros alumnos, ya que de fijo, no los conocéis”.
Ninguno antes que Rousseau había acentuado con tal fuerza el valor intrínseco de la infancia, ni nadie había derivado con mejor acierto las consecuencias pedagógicas de ese hecho. Desde Rousseau la doctrina educativa impuso la exigencia de “partir del niño”, de ver en él, CENTRO Y FIN DE LA EDUCACIÓN, en otras palabras, se llegó al concepto de la EDUCACIÓN PAIDOCÉNTRICA.

EDUCACIÓN PROGRESIVA Y EDUCACIÓN NEGATIVA
En la educación, el niño ha de permanecer en su naturaleza de niño. “Dejad madurar la infancia en el niño”. Con esta profunda expresión plantea el problema de la EDUCACIÓN PROGRESIVA. Como el niño no es el mismo en todas las edades que recorre, los recursos educativos han de adaptarse a las sucesivas etapas de su desenvolvimiento, a los cambiantes intereses y aptitudes de su desarrollo; la educación, en suma, debe ser GRADUAL.
¿Cómo realizar este postulado de la educación progresiva? ¿Qué debe hacer el educador para llevar a feliz término el desenvolvimiento gradual del educando? “Mucho, sin duda: impedir que algo sea hecho”. El educador, debe esperar con confianza la marcha natural de la educación, e intervenir lo menos posible en el proceso de la formación. La naturaleza humana no es originariamente mala; por ello, la primera EDUCACIÓN DEBE SER NEGATIVA; no hay que enseñar los principios de la virtud o de la verdad, sino preservar al corazón del niño contra el error.
Para Rousseau, la educación del niño debe surgir del libre desenvolvimiento de su ser, de sus propias aptitudes, de sus naturales tendencias. La experiencia debe suplir el mandato imperativo del maestro.
El concepto riguroso de la educación negativa, no excluye la prudente dirección del maestro. “Llamo EDUCACIÓN POSITIVA la que tiende a formar prematuramente el espíritu del niño, y ha de instruirle en los deberes que corresponden al hombre. Y llamo EDUCACIÓN NEGATIVA a la que tiende a perfeccionar los órganos, que son los instrumentos del conocimiento, antes de darle contenido alguno, y que procura preparar el camino a la razón por el ejercicio adecuado de los sentidos. Una educación negativa no supone un período de pereza. No da ninguna virtud, pero protege del vicio; no inculca la verdad, pero protege del error. Prepara al niño para que siga el camino de la verdad, cuando llegue a la edad de comprenderla; y el de la bondad, cuando pueda reconocerla y amarla” (El Emilio, Libro V).

EL CURSO NATURAL DE LA EDUCACIÓN
La educación negativa asigna a cada etapa del desarrollo infantil su tarea y objetivo. Tal idea no es, ciertamente, originaria en Rousseau. La pedagogía clásica, particularmente en Aristóteles, la ha patrocinado a modo de principio fundamental. Lo nuevo en la doctrina de Rousseau reside en que hasta ahora aparece fundada en la naturaleza peculiar del niño; en que tiene un claro sentido paidocéntrico.
En la parte final del Libro I del Emilio se ocupa Rousseau de la educación del niño hasta los dos años. La vida familiar ha de darle la primera educación, física en su mayor parte. “La educación del niño comienza desde su nacimiento, y debe impedirse que adquiera hábitos de los cuales pudiera llegar a ser esclavo. Hay necesidad de colocarlo en estado de ser siempre dueño de sí mismo y de hacer en todas las cosas su voluntad”.
A tal principio de libertad se asocia el de relación: “Al principio el niño se ocupa de cuanto hiere sus sentidos y conviene aprovechar esta disposición natural dejándole examinar y palpar los objetos porque de esta suerte, adquiere los primeros materiales de sus conocimientos”.
Cuando el niño comienza a andar y a hablar, entra en una nueva fase de su desenvolvimiento. Es el período de la infancia (de 2 a 12 años), que Rousseau estudia en el Libro II. En ella debe ser ganada cada vez más la conciencia de libertad: la educación negativa y la formación moral mediante sus consecuencias naturales van adquiriendo más acusados contornos. No hay que llenar la mente infantil de conocimiento: lo más importante es que el niño puede juzgar y valorar las cosas que se le ofrecen.
En el período de los 12 a los 15 años (Libro III) Emilio es ya el adolescente que posee la máxima plasticidad para el aprendizaje, pero éste emanará del propio niño, siendo los interese naturales de la infancia los que determinarán la enseñanza. “El imperativo categórico de Rousseau son las cosas reales: nada de libros”.
El libro IV ofrece la educación de los 15 años hasta el matrimonio, período que llama la mocedad. Emilio va elevándose paulatinamente sobre la vida sensitiva, recibe conceptos e ideas y se hace apto para juzgar. Comienzan a despertar sus pasiones y como consecuencia, se iniciará también la educación moral. Ahora aprende Emilio a conocerse a sí mismo, a los demás hombres y sus relaciones con ellos. Cuando despierte la curiosidad sexual se dará satisfacción a ella mediante respuestas verdaderas y sólidas.
Donde mejor aprende el niño a conocer a los hombres es en la historia, en la cual éstos desarrollan su actividad, no en la sociedad donde no hacen otra cosa que hablar, disfrazando sus acciones. El maestro enseñará realidades: la labor juzgadora será encomendada al discípulo mismo.
En el Libro V y último, se habla de la entrada de Emilio en el mundo, la importancia de los viajes en la formación, el noviazgo y el matrimonio con Sofía, la mujer destinada a Emilio. Con la introducción de este nuevo personaje en su novela pedagógica se ocupa Rousseau de la educación de la mujer.

LA EDUCACIÓN FEMENINA
Sin dudas, una de las partes débiles de la obra de Rousseau es la consagrada a la educación femenina. La mujer pierde en su doctrina importancia y sustantividad social. “Toda educación de las mujeres debe ser relativa a los hombres. Gustarles, serles útiles, hacerse amar y honrar a ellos, educarlos cuando jóvenes, cuidarlos de grandes, aconsejarlos, consolarlos, hacerle la vida agradable y dulce, son los deberes de las mujeres de todos los tiempos...”.
“Para el hombre el matrimonio es un segundo nacimiento, que lo eleva o lo abate, según la elección que hace. Para la mujer es el verdadero acontecimiento de su vida. El matrimonio rea a la mujer. Hasta su matrimonio Sofía no ha existido”.

RENDIMIENTOS
Este concepto de la educación femenina, tan notoriamente deficiente y tradicional, contrasta sobre todo cuando se pone en parangón con los grandes postulados de la teoría pedagógica de Rousseau, que ha hecho época en la doctrina y práctica de la vida educativa ulterior, y que aún hoy ejercen acción poderosa:
a) Rousseau plantea con todo vigor el problema de la EDUCACIÓN HUMANA GENERAL.
b) Concibe la EDUCACIÓN a manera de un proceso vital que dura la vida entera: un proceso que tiene su significado y valor en sí mismo y no solo con vistas a una vida futura.
c) Rousseau hace del niño el verdadero factor del proceso educativo (EDUCACIÓN PAIDOCÉNTRICA).
d) Como un corolario del debido respeto a la libertad del hombre, Rousseau se afirma en la idea de la tolerancia religiosa y de convicción de creencias. Este principio lleva directamente a la necesidad de una ESCUELA NEUTRA o LAICA. La neutralidad es el camino para proteger la libertad del niño.
e) Afirmándose en el clásico postulado de poner en constante relación los datos de la psicología con las normas educativas, Rousseau descubre los principios psicopedagógicos de una enseñanza activa y funcional.
f) En particular, los principios de la didáctica rousseauniana son éstos:
1. Enseñar por el interés natural del niño y no por el esfuerzo artificial.
2. educación activa, o mejor dicho autoactiva.
3. enseñanza intuitiva.
4. que el aprendizaje se aya relacionando con las representaciones que activamente surgen en la conciencia del niño.